miércoles, 7 de enero de 2009

Lo verdaderamente importante

Fuente de la imagen: Mentoring (M. Velasco, 2008)
El mundo de la insolvencia empresarial, tradicionalmente encorsetado en un sinfín de trámites y requisitos que a menudo ahogaban más que salvaban, está experimentando un cambio de aire palpable. La vieja guardia, con su obsesión por la forma sobre el fondo, ha dado paso a una corriente que abraza la mayor flexibilidad y un notable menor formalismo. Es como si, por fin, hubiéramos entendido que la prisa y la rigidez son malas consejeras cuando una empresa lucha por sobrevivir. Antes, cada paso requería un sello, una firma en triplicado, un plazo inamovible que a menudo dejaba a la empresa sin margen de maniobra. Este laberinto burocrático, lejos de proteger, solía consumir recursos y tiempo valiosos que la compañía en apuros simplemente no tenía. El resultado era predecible: muchas empresas viables acababan en la liquidación, no por falta de potencial, sino por agotamiento en la carrera de obstáculos procesal. Ahora, la dirección es clara: simplificar para rescatar. 

Se busca que los acuerdos de reestructuración sean más accesibles, que no requieran una parafernalia legal excesiva que sólo añade costes y complejidad. Se promueve la negociación directa entre deudores y acreedores, con una intervención judicial más comedida, centrada en homologar y asegurar el cumplimiento, pero no en microgestionar cada detalle, que implica, por ejemplo, procesos más ágiles para la comunicación y la documentación, permitiendo que la atención se centre en la solución financiera y no en el papeleo. Ese viraje hacia la flexibilidad es una necesidad imperante, puesto que el mercado global es dinámico y las crisis pueden surgir de forma inesperada., por lo que disponer de un sistema que responda con agilidad beneficia a las empresas en dificultades e inyecta confianza en el ecosistema económico. La mejor ayuda legal es la que permite actuar con pragmatismo y rapidez, liberando a los actores de la carga burocrática para que puedan centrarse en lo verdaderamente importante: la continuidad del negocio.