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Fuente de la imagen: Mentoring (M. Velasco, 2008) |
Se busca que los acuerdos de reestructuración sean más accesibles, que no requieran una parafernalia legal excesiva que sólo añade costes y complejidad. Se promueve la negociación directa entre deudores y acreedores, con una intervención judicial más comedida, centrada en homologar y asegurar el cumplimiento, pero no en microgestionar cada detalle, que implica, por ejemplo, procesos más ágiles para la comunicación y la documentación, permitiendo que la atención se centre en la solución financiera y no en el papeleo. Ese viraje hacia la flexibilidad es una necesidad imperante, puesto que el mercado global es dinámico y las crisis pueden surgir de forma inesperada., por lo que disponer de un sistema que responda con agilidad beneficia a las empresas en dificultades e inyecta confianza en el ecosistema económico. La mejor ayuda legal es la que permite actuar con pragmatismo y rapidez, liberando a los actores de la carga burocrática para que puedan centrarse en lo verdaderamente importante: la continuidad del negocio.