Si eres un seguidor de lo que público a través de la Red,
probablemente sabrás lo que pienso de la diversa normativa que regula a los
auditores de cuentas, a los concursos de acreedores, a las entidades
financieras, etc.
No voy a entrar en lo que tristemente está de actualidad: tráfico de
maletines, comisiones y sobresueldos en B. Pero de una u otra forma, al final
da la impresión que el legislador es influenciado y dispone a favor de las
grandes corporaciones de auditoría y consultoría así como resto de lobbies de
presión.
El caso es que un profesional de la auditoría, un
administrador concursal, un experto independiente, …, comienza a ser una rara
avis en la importante actividad de consultoría regulada o formalizada, ya que las leyes que regulan su función o
actividad parece que están diseñadas para excluirlo de ese mercado de trabajo,
más que potenciar su labor reglada o normalizada y posibilitar su acceso en igualdad de condiciones que una gran firma de consultoría.
Mientras, se escucha en mentideros de buena tinta que los concursos,
las auditorías y las consultorías importantes asignados a esas firmas protegidas por la Ley, en muchos casos son realizados por equipos de
becarios o en prácticas, eso sí, supervisados o coordinados por socios y gerentes de esas
firmas presuntamente number one. Sí, las que luego escurren el bulto ante
tremendos fracasos o estafas, como Enron, Bankia, etc., o se embolsan
suculentos aranceles y asignaciones complementarias, cuando menos alegales.
Al profesional independiente o pyme, sólo le queda el
consuelo de las migajas que le caen, ya sean vía concursos deficitarios, contrataciones
excepcionales de corporaciones locales o empresas que por una u otra razón se
encuentran fuera de ese círculo vicioso que la Ley obliga.
Vía una de las corporaciones de profesionales en las que me
encuentro integrado, este fin de semana he llegado al artículo de Carlos Puig de Travy, presidente del Registro
de Economistas Auditores, del Consejo General de Colegios de Economistas, en el
medio de comunicación Cinco Días, que me ha servido de motivación para el post
de esta mañana: “Auditoría en el sector público”.
Dejo el link por si es de tu interés. Ni que decir tiene que instituciones como las que preside Carlos son las que deberían evitar lo que ahora critica o denuncia en su texto, porque lo del derecho al pataleo puede estar muy bien de cara a los miembros de la corporación o de la sociedad, pero al consultor, auditor o administrador no le sirve para nada. Por lo demás, te deseo
una semana proactiva en lo profesional, laboral, empresarial o institucional,
según prefieras o te interese (Fuente de la imagen: sxc.hu).